jueves, 27 de septiembre de 2012

CONSEJOS ÚTILES PARA COMBINAR UN COLLAR CON EL VESTIDO


Las joyas son un accesorio que por excelencia se encuentra presente entre las mujeres. Hay algunas que las adoran y se enfundan en piezas plateadas y doradas, y otras que las llevan con más timidez. Pero no hay duda de que a todas nos gustan. Sin embargo, combinarlas con la ropa no siempre es fácil. Aquí te damos algunos consejos.

Empezaremos por los collares.

 

Siempre se debe evitar llevar los collares muy apretados al cuello pues eso dará un efecto óptico que hará parecer que el cuello sea más corto. Si preferimos llevarlos con un colgante a la altura del pecho, esto alargará la silueta.

Los collares más cercanos al cuello, quedan bien con escotes pronunciados redondeados,  acompañados por unos pendientes pequeños.

Los collares largos se deben llevar con prendas sobrias, tanto en textura como en el color. El algodón y el punto ligero son buenas opciones para combinar con collares largos.

 
Los collares babero siguen marcando tendencia. Lo que comenzaba siendo un accesorio atrevido para muchas el pasado verano, esta temporada se ha convertido en uno de los complementos más deseados para nuestros looks. 
 




Analicemos ahora los diferentes tipos de escote para ver qué collar es el más recomendable en cada look.

Hay cinco tipos de escote: strapless, redondo, barco o bote, en “v” y tortuga, beatle o polera.

 
ESCOTE STRAPLESS

Para lucir un vestido strapless, si tenemos dudas sobre qué accesorios utilizar, en gran medida dependerán del tipo de evento y también del peinado que vamos a decidir usar. Sin embargo, cualquiera sea la opción que elijamos  recordaremos que debemos ser nosotras la que resaltemos y no el vestido o el accesorio.

 

Si elegimos una prenda strapless, en general usaremos collares cortos, de grandes dimensiones o alguno largo, pero con su parte principal sobre la piel del escote.

No hay que olvidar que el color debe ser acorde al tono de la piel y haciendo juego con pendientes y pulseras.
 


Debemos saber cuáles son los puntos fuertes que queremos sacar a relucir porque, en general, un vestido strapless puede combinarse con cualquier tipo de accesorio.

 

Un vestido strapless es súper acentuador para nosotras, aunque podamos tener diferentes tipos de cuerpo. Ya sea de perita, triángulo invertido, reloj de arena… ¡a todas nos queda!

 
El cuello, la parte del escote en sí, los hombros y hasta los brazos van a ser el foco de las miradas. Si el cuello es largo podemos darnos el lujo de usar esas gargantillas que van pegadas a él y se verá espectacular. Pueden tener colgante o no, el hecho de que esté al descubierto nos da la oportunidad de lucir lo que deseemos.
 
 


Si en cambio, el cuello es corto, es aconsejable utilizar una cadenita delgada lo más larga posible con un dije colgante que forme una V, y así lo afinará y alargará. Este último truco también es recomendable para  los hombros muy anchos, para lograr una figura más estilizada. Si decidimos usar un collar, los aretes deben ser pequeños y es aconsejable que hagan juego con el collar para no desentonar.
 
 



El tipo de collar (de colores, con brillantes, con dije o sin él) hay que escogerlo en base a la hora y ocasión en que se usará. Si es una gala (matrimonio, bodas de oro, etc.), los brillantes pueden darle el toque de elegancia que necesitamos. Ahora bien, si el vestido incluye apliques de piedras, por ejemplo, en el borde del escote, debajo del busto o en la cintura, es preferible que el collar sea sencillo o evitarlo para no recargar demasiado esa zona del cuerpo (entre el cuello y la cintura).




ESCOTE REDONDO
   

El escote redondo  permite llevar, como complementos, collares cortos, que se enmarquen dentro del área visual de la piel.
Hay collares muy atrevidos de moda en colores contrastantes con la prenda de vestir y que nos hagan sentir y vernos, simplemente, hermosa.
 
 

ESCOTE BARCO
   
Cuando usemos escote barco, también llamado bote, usaremos collares de bijoux, cortos y de apariencia pequeña. Así, el cuello se apreciará más largo y fino.

Y si lo que deseamos ser el centro de atención, combinaremos el collar con un anillo de diseño en el mismo tono.
 

 
ESCOTE  EN "V"

Con escote en “v”, usaremos collares de bisutería de diversas dimensiones: largos, cortos, en forma de “y” o “v”.

Si el busto es grande, las  joyas y complementos largos, que sobrepasen el escote, para que la figura se perciba más delicada.



ESCOTE TORTUGA

Si elegimos llevar escote tortuga, beatle o directamente, polera, buscaremos collares largos como complementos de moda.

Para  prolongar la figura a través de un collar debe llegar hasta la cintura y no se ajuste demasiado al cuello.




¿Cuál ES TU ESTILO?


martes, 18 de septiembre de 2012

LAS JOYAS EN LA ANTIGUA ROMA


El gusto por los espléndidos trajes, los ricos adornos y por las joyas  y piedras, fue importado de Asia, de allí pasó a Grecia y de ésta a Roma. Los griegos, vecinos próximos de Asia, estuvieron más expuestos al contagio del lujo y a la vida refinada, para después sucumbir como Imperio.

Alejandro Magno participó del gusto persa, y parece que su manto estaba bordado en oro y ricas joyas y llevaba el cuello cubierto totalmente de piedras preciosas. El lujo entre los romanos se inicia en la conquista de Macedonia. Tanto las piedras preciosas, el oro, las perlas, la plata, las sedas, las ricas y sofisticadas esencias, así como la púrpura y la escarlata del voluptuoso Oriente y de la lejana Africa, fueron reunidos dentro de los muros de Cartago, y provocaron en los austeros romanos nuevos gustos, nuevas sensaciones, nuevos placeres y despertando en ellos una insaciable sed de riqueza, comparable solo al afán de dominación y de gloria que les caracterizaba.
 
                                                  
 
Las conquistas, suscitaron en el pueblo romano el interés por el lujo y la magnificencia y el arte de emplear las riquezas. Se dice que data de aquella época el origen de tanta suntuosidad de los romanos, quienes sobrepasaron en exageración más que en buen gusto.

Hubo una primera colección de joyas que se conoció con el nombre de Dactylotheca. Durante mucho tiempo no existió sino esa, hasta que apareció una muy superior. Esta colección estaba formada por rubíes, topacios, diamantes, esmeraldas, ópalos, ónices, gran número de anillos, sellos, brazaletes y cadenas de oro de un exquisito trabajo. Estas joyas se caracterizaban por su gran brillo y magnitud, y era sin lugar a dudas la más rica y lujosa colección proveniente de los príncipes vencidos por los romanos.

 
El emperador romano tenía un manto bordado en oro y joyas que se decía había pertenecido a Alejandro. Estas maravillas eclipsaron al pueblo romano, sin embargo el lujo y el esplendor de las joyas de Mitridates superaron todo lo conocido hasta ese momento. La diadema y la funda de la espada del vencido monarca, estaban totalmente revestidas en pedrería.
 
 

El lujo una vez introducido en Roma hizo rápidos progresos. Pieles de Sicilia y tapices de Babilonia, ambas de las riberas del Báltico al Danubio, y aromas de oriente eran importados a cambio de oro y plata y pedrería.

A pesar de los edictos con que trató de reprimir la locura de los vasallos, César era un entusiasta coleccionista de piedras preciosas, vasos cincelados, estatuas, pinturas, etc., especialmente de obras de antiguos artistas famosos. La casa del Emperador Nerón tenía paredes de nácar con incrustaciones de oro y piedras preciosas. En los grandes juegos instituidos por este se regalaban billetes que eran premiados con pájaros, vasos de varias clases, trigo, oro, plata, perlas, piedras preciosas y pinturas.



Heliogábalo usaba sandalias con incrustaciones de pedrería de gran valor, y nunca lucía dos veces el mismo par.

Calígula construyó barcos enteramente en madera de cedro con las popas revestidas de las más bellas piedras preciosas. El manto del Soberano estaba bordado en hilos de oro y enjoyado en piedras preciosas, y hasta su caballo predilecto, hacía sus paseos cubiertos con mantillas de púrpura y collar de perlas.



En el reinado de Antonino fue el momento en que se llegó al mayor exceso de lujo y suntuosidad tanto en edificios, jardines, muebles, banquetes y joyas de todas las clases.

Cuando el furor por estas últimas llegó a su máximo esplendor, ya no bastó para satisfacer la vanidad de sus nobles, dueños del mundo, la calidad de las piedras y su trabajo de orfebrería, sino que también era importante su ilustre origen. Un anillo, un vaso o una diadema de perlas, era preciso que por su genealogía ascendiesen hasta la mismísima Cleopatra…

 
¿Qué opinión te merece la suntuosidad por la riqueza de esta época?

martes, 11 de septiembre de 2012

LAS CINTAS DE COLORES DE BONFIM


Queremos dedicar nuestro post de hoy a una de las tradiciones brasileñas más conocidas: las “Fitas do señor do Bonfim”.

¿Habéis visto alguna vez estas cintas, de diversos colores, que se anudan en la muñeca?. Vamos a explicaros un poco más sobre ellas, su historia y su significado.

Una “Fita de Bonfim” (“Cinta de Bonfim”) o “fitinha” es a la vez un souvenir y un amuleto religioso católico típico de Salvador, capital del estado brasileño de Bahía.

 
 
Llevan por lo general la leyenda “Lembrança do Senhor do Bonfim da Bahía” (“Recuerdo del Señor de Bonfim de Bahia”). Se venden por toda la ciudad pero especialmente en la Iglesia de Nuestro Señor de Bonfim, en la Península de Itapagipe al norte Salvador de Bahía. Muchos visitantes atan esas fitinhas a la verja de la iglesia en señal de ofrenda.

 



La fita original fue creada en 1809, permaneciendo desaparecida hasta los años 50.

Su nombre se debe al hecho de que medía exactamente 47 centímetros de largo, la medida del brazo derecho de la escultura del Señor de Bonfim, puesta en el altar mayor de la iglesia más famosa de Bahía.

La imagen fue esculpida en Setúbal, Portugal, en el siglo XVIII. La “medida” o “fita” era hecha de seda, con el diseño y el nombre del santo bordado y acabado en tinta dorada o plateada. Se usaba alrededor del cuello como un collar, en el cual se colgaban medallas e imágenes de santos, que funcionaba como moneda de cambio: al pagar una promesa, el fiel llevaba a una foto o una pequeña escultura en cera que representan la parte del cuerpo curada con la ayuda del santo (exvoto).

Como recordatorio, adquiría una de estas cintas, que simboliza la propia iglesia.

 

No se sabe cuando fue la transición a la actual fita, pero en la década de los 60 fue adoptada por los hippies bahianos como parte de su indumentaria.

En la actualidad, el color de cada cinta se identifica con el tipo de deseo que se pide. Aunque hay variedad de opiniones y versiones, os indicamos las mayormente aceptadas:

 

  • BLANCO: Paz, sabiduría, calma. Repela las energías negativas y eleva la vibraciones positivas. También significa inocencia y pureza.
  • ROJO: Es el color de la pasión y los sentimientos. Simboliza el amor, deseo, poder, fuerza y energía.
  • VERDE: Refleja el vigor, la juventud, el frescor, la esperanza. Representa las energías de la naturaleza y del renacer.
  • VERDE OSCURO: Asociado a lo masculino. Simboliza la virilidad.
  • AMARILLO:  Utilizado para tener mucho dinero y riqueza. Asociado a la prosperidad y al optimismo.
  • NARANJA: Trae suerte en la consecución de objetivos personales y profesionales. Simboliza eel movimiento y la espontaneidad.
  • AZUL: Conlleva seguridad, tranquilidad, armonía y salud. Es el color del cielo, del espíritu y del pensamiento. Simboliza la lealtad, la fidelidad, la personalidad y la sutileza.
  • ROSA OSCURO: Usado para lograr la felicidad en el amor. Significa belleza, salud, sensualidad y romanticismo.
  • ROSA CLARO: Asociado a lo femenino. Ternura, suavidad, cariño, amor… y al mismo tiempo cierta fragilidad y delicadeza.

 

Según la tradición, la fita debe ser anudada con tres nudos, a cada uno los cuales precede un deseo realizado mentalmente y que debe permanecer en secreto, hasta que la fita se rompa por desgaste natural.

 

Y queremos acabar este post con una pequeña sorpresa … Todos aquellos que nos efectuéis un pedido recibiréis como obsequio una “Fita de Bonfim”. Eso sí, hasta que se acaben las existencias …

 ¿De qué color escogeríais la cinta?.

 

martes, 4 de septiembre de 2012

LA TRADICION DE LAS JOYAS EN EGIPTO



Las joyas han sido codiciadas por las mujeres de todo el mundo y de todas las culturas.

Estos objetos de culto y que han sido tan anhelados a través de los tiempos, poseen una historia que se remonta a días muy lejanos a los nuestros.

Ya en tiempos de los antiguos egipcios, se conocían muchos de los tratamientos que hoy en día se siguen utilizando para el ornamentado del  oro. Esta civilización realizó una intensa renovación en la joyería y ha creado innumerable cantidad de joyas, algunas de las cuales se conservan hasta hoy en día en inmejorable estado.



Los orfebres egipcios generalmente trabajaban con plata y con oro (mucho más escaso) e incrustaban  en estos materiales cantidades inmensas de piedras preciosas y semipreciosas como por ejemplo la, coralina, el jaspe, la turquesa, la amatista y el lapislázuli entre otras.

El arte egipcio ha producido durante toda la vida de esta gloriosa civilización, una gran cantidad de joyas exquisitamente bellas. Algunas de las principales joyas que se conservan de aquellos tiempos son: diademas, anillos, brazaletes, pectorales, collares, etc.



Las joyas en la cultura egipcia tenían dos funciones:  las gemas se valoraban tanto por su belleza como por la protección mágica que les proporcionaban, es decir, eran a la vez talismanes y joyas.  El amuleto les servia para evitar el peligro y alejar a los malos espíritus y era la fuente de las fuerzas mágicas que les protegían.

 

Una de las joyas más populares de la época eran los anillos decorados con símbolos religiosos como por ejemplo: la flor de loto, el halcón, la serpiente, el ojo, el escarabajo, etc. Dentro de las tumbas egipcias se han encontrado infinidad de joyas. Algunas de ellas eran adornos personales, otras eran ofrendas.  Muchas de estas piezas se encuentran hoy en día en el Museo de El Cairo.
 



El escarabajo fue un animal sagrado que representaba el renacimiento y la regeneración de la salida del sol, se usaba como amuleto, en pendientes, como sello en los anillos y se fabricaban en muchos tipos de gemas como el oro, lapis lazuli, basalto, la turquesa, el vidrio coloreado, y el alabastro.
 
 

Los pendientes de gemas se usaban profusamente tanto por hombres como por mujeres, en todas las clases sociales y fueron muy populares sobre todo en el nuevo reino, uno de cuyos faraones, Akenaton introdujo la perforación del lóbulo de la oreja como se ve en las estatuas reales, que demuestran un uso muy extenso de este adorno.


¿Os gusta el estilo de las joyas egipcias, o lo consideráis demasiado recargado?.